Pipirigaña


PIPIRIGAÑA

Se jugaba con niños pequeños . Normalmente era una persona de más edad la que hacía de “madre” o director/a del juego. Los niños/as se colocaban en fila con las manos extendidas. La “madre” tocaba las manos de los niños/as sin seguir un orden establecido. Les iba acariciando suavemente las manos, a la vez que cantaba la siguiente canción: “Pipirigaña , mata la araña, un cochinito ,bien pelaito, quién lo peló, la cucuruvieja que está en el balcón,esconde esa mano que te pica el gallo,escóndela que te va a picar"



OTRA VERSIÓN:

Pipirigaña,
mata la araña
un cochinito
muy pelaíto
quién le pegó,
la picara vieja
que está en el rincón
comiendo gazpacho
con un corazón.
Viene Juanillo
tocando el pitillo
viene la mujer
tocando el cascabel.
Sape, gato, que te mato
con la punta del zapato


Mientras que cantaba la canción intentaba dar un picotazo con sus dedos en alguna de las manos, simulando ser el pico de un gallo, los niños/as debían intentar retirarlas lo más rápido posible, para no recibirlo. El que menos picotazos recibía era el que ganaba. 

CUESTIONES HISTÓRICAS


El pez carnavalesco de El carro de Heno ( El Bosco)  ha tenido también una supervivencia más oculta en algunas retahílas y canciones infantiles, ésas que hablan del Pez pecigaña, convertido en nuestra memoria lúdica en Pipirigaña o Pipirigallo.


Tabla central de El carro de Heno de El Bosco

La retahíla para jugar con las manos o sortear a los participantes del juego dice más o menos así: “Pipirigaña / mata la araña, / un cochinito / bien peladito. / ¿Quién lo peló? / La pícara vieja que está en el rincón / comiendo gazpacho con un cucharón”. De su existencia tenemos testimonios desde el siglo XVII. Quevedo lo menciona en El Buscón (1626) diciendo que “si se jugaba algún juego era siempre el de pizpirigaña por ser cosa de mostrar las manos”; y el Diccionario de Autoridades (1726-1739) define la voz «Pizpirigaña« como “juego con que se divierten los muchachos porque lo hacen diciendo ciertas palabras y dándose pellizcos en las manos”.
Como tantas otras piezas poéticas de la tradición oral infantil, la retahíla de Pipirigaña guarda bajo su aparente sinsentido algunos de los significados e imágenes más ancestrales, perdidos ya en el mundo adulto y subordinados en el mundo de los niños al juego de la rima.
El protagonista de la retahíla, Pipirigaña, ejecuta el gesto de “matar una araña”, burla de la heroicidad caballeresca habitual en los antiguos desfiles carnavalescos, de los que también hemos heredado la figura similar del Sastrecillo valiente, ése que mató “siete (moscas) de un golpe”, alcanzando así fama y gloria eternas. Formando parte de la misma comitiva aparece “un cochinito bien peladito”, más que evocador de otra de las figuras centrales de las carnestolendas medievales, el hombre-cerdo, ataviado siempre de una calvicie simulada de la que colgaban unos pocos pelos, los cuales, a su paso, iba arrancando la chiquillería como chanza y jolgorio. Completando la escena, “la pícara vieja que está en el rincón”, a la que presentimos luctuosa, malhumorada y ajena a la alegría del desfile, no puede ser otra que Doña Cuaresma, que espera paciente a que acabe el desorden festivo y dé comienzo su tiempo de tristeza.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La peteca

Citas sobre el juego

El ratón y el gato

La pelota capitana

Las 41(Juego para adultos)

MAYT MÂT y LA CAZA DEL TESORO

El aro

La gallinita ciega

Marro