Marro



MARRO



Solíamos jugar en la plaza del pueblo. Utilizábamos las farolas que había para delimitar el terreno. La farola que estaba en el centro de la plaza servía para separar los dos equipos y las dos farolas que estaban en los extremos para delimitar las dos zonas de las cárceles.


El país que nunca se acaba: Salvaleón, un pueblo entre dehesas en la  Comarca Sierra Suroeste célebre por sus embutidos
Plaza de España( Salvaleón)

Para comenzar se hacían dos equipos, intentando que fuesen lo más igualados posible.

Se trataba de coger a aquel/a que pasase al campo contrario, pidiendo marro y llevarlo a la cárcel. Se podía salvar a los compañeros/as que estaban en la cárcel dándoles en las manos. Si en el momento de tocarle en la cárcel había varios unidos por las manos y se tocaba a uno,  se salvaban todos.  
Ganaba el equipo que capturaba a todos los jugadores contrarios o pasado un tiempo determinado el que tuviese más componentes o aquel equipo que conseguía más pases al campo contrario sin ser cogidos.
Había participantes que no había forma de cogerlos porque hacían muchas curvas, cambios de sentido.
La emoción del juego era pasar al campo contrario , burlar a los oponentes y volver a tu campo sin que te cogiesen.


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