Echar un pulso
ECHAR UN PULSO
Esta actividad o juego se realizaba muy a menudo cuando yo era pequeño. En más de una ocasión los jóvenes medían sus fuerzas echando un pulso en un bar, a veces, apostando el pago de la consumición.
Los niños lo practicábamos en la escuela, en las calles o incluso en casa con los hermanos. Con este juego se trata de medir las fuerzas de dos jugadores. Se deben de poner ambos, sentados o de pie frente a frente y apoyando el codo sobre una mesa sin moverlo ni levantarlo. A una señal, los dos comienzan a tirar con todas sus fuerzas intentando vencer al rival. Gana aquel que consigue llevar la mano del contrario sobre la mesa.
Este juego de fuerza se remonta a 3.000 años atrás, dónde los egipcios lo practicaban. En la actualidad en España existen competiciones llamadas luchas de brazos, existiendo también competiciones mundiales.
En los campeonatos existen árbitros, jueces, mesas especiales. Para su práctica hay tres cualidades fundamentales: la rapidez, es decir, tomar la iniciativa junto con la técnica y la fuerza.
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